En México, la libertad de expresión está garantizada por el artículo 6 de la Constitución, aunque tiene límites establecidos para proteger derechos como el honor y la dignidad. Este principio legal es clave en la disputa entre la grafóloga Maryfer Centeno y el médico Jorge Octavio Arroyo Martínez, mejor conocido por su mote como influencer como: Mr. Doctor.
La controversia comenzó en noviembre pasado cuando Centeno denunció a Mr. Doctor por amenazas, discriminación y apología del delito, alegando que sus comentarios desacreditaban su trabajo como grafóloga. En sus videos, el galeno cuestionó la validez científica de técnicas como la grafología para bajar de peso o analizar personalidades a través de firmas.
Centeno sostiene que los comentarios de Mr. Doctor constituyen violencia digital y de género, argumentando que cruzaron el límite entre la crítica profesional y el ataque personal. Sus abogados, Alonso Beceiro y Mariana Gutiérrez, afirman que la denuncia busca establecer un precedente para frenar agresiones en redes sociales.
En respuesta, Mr. Doctor se ha defendido en sus redes sociales, calificando el proceso legal como un intento de censura que viola su derecho a la libertad de expresión. “Me denuncian por decir la verdad”, declaró en un video de YouTube. Además, aseguró estar preocupado por su situación legal tras recibir una orden de arresto por una supuesta violacion en contra de una Medida de Protección y señaló que si algo le pasa culpa directamente a “MC”.
En México, la libertad de expresión no es absoluta. La ley prohíbe expresiones que inciten al odio, la discriminación o la violencia, especialmente cuando afectan derechos humanos protegidos. El caso plantea un dilema sobre los límites entre la crítica legítima y el discurso ofensivo.
Recientemente la grafóloga ofreció una rueda de prensa y un envivo para sus seguidores, junto a sus abogados donde buscaban presentar a la audiencia, algunas de las supuestas pruebas de discriminación contra Centeno por parte de Mr. Doctor, sin embargo, durante dicha rueda el Centeno y su abogado Alonso Beceiro, explotaron verbalmente contra la prensa.
Al considerar inapropiada una pregunta la grafóloga le dijo a un periodista: “Yo sé para quién trabajas, te pido respeto”, al tiempo que le pidió “no temblar”. El informador respondió que temblaba porque no se sentía seguro, por lo el abogado Beceiro lo invitó a abandonar el lugar “por su seguridad”.
En esta rueda, los abogados señalaron que los delitos por los que se acusa a Mr. Doctor son: presuntas amenazas, discriminación, apología del delito y supuesto acoso sexual, delito adherido a la carpeta de investigación.
A lo que el médico respondió a través de su cuenta de X que:
“Me acabo de despertar y ya con la mente despejada caigo en cuenta de lo delicado de todo esto:
Es una persona PERVERSA, que no le importa TERGIVERSAR y MANIPULAR todo con tal de SALIRSE con la SUYA.
Una persona MALVADA que es capaz de acusar FALSAMENTE a alguien de ACOSO SEXUAL.
Afortunadamente todo mundo se está dando cuenta de su maldad.
Se está destapando, no solo una cloaca de charlataneria, sino de influyentismo, de irregularidades legales con pruebas sin fundamento científico, de fraude, del uso de movimientos sociales, pero sobre todo de que no es un tierno e inofensivo ser humano, sino alguien perverso.
Creo que esto ya no es una pelea de youtubers. Es la verdad contra la mentira.”
En otro post cuestionó: “¿Por qué a verdaderas víctimas de violencia y acoso no les ponen protección policiaca?
¿Por qué ocupan técnicas sin validación científica como pruebas periciales?
¿Por qué judicializan tan rápido una carpeta?
¿Por qué los medios tradicionales le protegen y validan tanto?”
El conflicto ha polarizado a la audiencia en redes sociales. Mientras algunos apoyan a Mr. Doctor, argumentando que sus declaraciones son parte de un debate legítimo sobre temas de salud, otros defienden a Centeno, afirmando que los comentarios del médico fueron ofensivos y denigrantes.
El caso tendrá su primera audiencia el próximo 13 de enero. Mientras tanto, ambos influencers continúan defendiendo sus posturas públicamente, evidenciando el impacto de las redes sociales en disputas legales y el complejo equilibrio entre la libertad de expresión y la protección de derechos personales en el entorno digital.