La destrucción de Ucrania
¿O la ucranianización de Europa?
O la palestinización de Rusia… (aunque Rusia no es Palestina). Todos los anteriores, proyectos deseables para el lobby armamentístico. Los fabricantes de armas son quienes verdaderamente ganan en las guerras. ¿Y los políticos?, ¿alguien puede creer que Biden, tan neurológicamente disminuido, sea capaz de saber siquiera dónde está? Es triste su situación pero es más triste que sea usado como parapeto. Zelenzki —actual dictador de facto de Ucrania por usurpar sin elecciones un periodo presidencial más— también es una fachada, porque la realidad es que los misiles de largo alcance que Ucrania ha lanzado contra Rusia por primera vez el pasado 20 de noviembre, casualmente, no han sido lanzados por Ucrania. No puede. La razón es sencilla, «no tiene los códigos para activarlos» señala el geopolítico Antonio Alonso Marcos, las claves de activación de dichos misiles son potestad de la OTAN. Ucrania solamente le agarra la pata a la vaca, pero además, y esto mueve a la compasión, Ucrania pone la vaca.
“¿Le hemos hecho algo nosotros a Putin? pregunta su hija al geopolítico Antonio Alonso y él responde “Nosotros no, pero nuestros líderes a los que nosotros votamos y, a los que nosotros elegimos, sí, entonces nosotros vamos a pagar las consecuencias de esto no solo con la destrucción de una ciudad sino con la economía”. Recordemos, este 20 de noviembre se conoció que el loco de Zelenzki había “recibido permiso” de Biden para atacar el interior de Rusia con misiles de largo alcance de fabricación inglesa Storm Shadow. Quien dio el permiso dio el código y no pudo ser Biden. Evidentemente, también se descubre un intento de dejar muy comprometido a Trump utilizando el poder que aún tienen los demócratas para escalar el conflicto, o embolsarse lo que puedan de esa guerra, aunque solo les quedan unas cuantas semanas en el poder. En este contexto, tal adicción de los Fondos de Inversión por embarcar naciones en guerras para que ellos ganen, bien podría ser la explicación que llevó al pueblo norteamericano a sacar a los demócratas de la Casa Blanca.
¿El carácter y la escalada del conflicto será global? Considero que no. Hay dos escenarios posibles: la ucranianización de Europa que a vendepatrias como Ursula von der Leyen (o será más correcto decir, vende continentes) les parece venir muy bien en su trabajo de jinetes del apocalípsis. El otro escenario es la anexión total -previa destrucción- de Ucrania, a Rusia. Por estas dos posibilidades es que se espera que al entrar la administración Trump, comience una negociación del alto al fuego… algo que quizá a Rusia ya no le interese.
Al inicio del conflicto escribí un texto señalando que Ucrania estaba a punto de conocer su lugar en la geopolítica y así ha sido.
Peor que Auschwitz: los Fondos de Inversión
Corresponde a la sociología haber dado cuenta que fue la racionalidad subyugada a la eficiencia lo que produjo los campos de exterminio. Es decir, lejos de ser estos expresión de la barbarie, mostraban con claridad qué es la racionalidad desprovista de valores y cultura. La razón es un esclavo eficiente pero es ciego a los valores. No olvidemos que IBM proveyó el sistema de cómputo de los campos, que Bayer el gas Zikon-B, que Ford motores para los tanques y que las petroleras lo mismo vendían petróleo a uno que a otro contrincante sin tomar partido más que por la ganancia. Cuesta trabajo creer que hoy hay algo peor que lo anterior: más eficiente, más lucrativo y que está detrás de la guerra en pleno siglo XXI: los Fondos de Inversión. Cada misil Patriot cuesta aproximadamente 4.2 millones de dólares. ¿Imagina usted la corrupción bélica? Porque no hay ninguna transparencia que permita a un ucraniano saber cuántos millones de dólares se han detonado con misiles que se han lanzado, o presuntamente se han lanzado. Corrupción militar en la misma guerra. Me gustaría saber cuántos políticos han invertido su dinero en el Fondo de Inversión Black Rock, quien a su vez es uno de los principales accionistas en Lockheed Martin.