Emiliano Zapata Salazar (1879–1919) fue uno de los líderes más destacados de la Revolución Mexicana, conocido por su defensa de los derechos agrarios y la justicia social para los campesinos. Nacido en Anenecuilco, Morelos, Zapata se convirtió en símbolo de la lucha por la tierra debido a las profundas desigualdades que sufrían los trabajadores del campo bajo el sistema de haciendas.
Además de un ser ícono para la lucha campesina y la defensa de la tierra, el revolucionario Emiliano Zapata se ha configurado como una imagen representativa para la comunidad LGBTQIA+, algo que se ha visto reflejado especialmente en arte y la pintura.
En el año 2019 como parte del aniversario luctuoso número 105, diferentes instancias llevaron a cabo eventos para rememorar el impacto del histórico caudillo. En Palacio Nacional relució la imagen oficial y tradicional de Zapata con la pintura de Antonio Albanés y una ceremonia que repasó la vida del luchador.
Sin embargo, desde otros flancos la figura del caudillo ha servido de inspiración para el arte y la disrupción con la historia oficial. Entre estos, algunos recordarán la pintura de Fabián Chairez en la que el artista optó por representar al personaje en contraposición con la concepción de un macho revolucionario.
Aunque la obra de Chairez fue «polémica» en su momento, volvió a traer a debate e investigación la historia de Zapata, a quienes algunos historiadores señalan un posible pertenencia a la comunidad queer.
Desde la viralización de la obra, el caudillo ha aparecido en más arte popular, en consignas y en carteles que abanderan, principalmente a la comunidad bisexual. Su imagen es ahora también parte de la lucha contra la homofobia, los discursos machistas e incluso los estereotipos que encasillan a hombres a un tipo de masculinidad.
