Recientemente terminó la entrega número 25 de los Grammy Latinos donde figuras más relevantes de la música comercial en español, homenajean lo mejor de impacto en la música a través de estos premios que se realizan habitualmente en Estados Unidos.
Aunque todo el evento se realizó con normalidad, hubo un cuestionamiento importante sobre la estadía de estos galardones en Estados Unidos.
El artista urbano de reciente introducción en la industria, aseguró que el cuestionamiento solo es una simple observación, ya que le parece curioso que los premios sean en Estados Unidos; siendo desde el punto de vista de muchos críticos musicales un punto medular, ya que con una figura presidencial como Donald Trump, que no necesariamente admira y respeta toda la comunidad latina, hacerse esta pregunta hoy resulta relevante.
Esto a pesar de que el mercado más amplio de la música comercial se encuentra en suelo estadounidense, pero no comparte la identidad latina ni el idioma por lo que debatir este punto es vital, recordando que la edición pasada de estos premios se dieron por primera vez de su historia en España.
En el contexto de una industria musical que celebra la diversidad cultural y lingüística de América Latina, resulta curioso que el epicentro de esta premiación se ubique en un país cuya identidad cultural está mayoritariamente asociada al inglés.
Si bien Estados Unidos es un importante mercado para los artistas latinos, la elección de este territorio como sede refleja, quizás, un desequilibrio entre lo simbólico y lo pragmático.