Cada vez más mujeres surcoreanas se suman al terminante movimiento que dice no a las relaciones con hombres en el ámbito romántico, sexual y matrimonial. Las preocupaciones de su gobierno y población, sin embargo, continúan siendo redireccionado hacia el pánico por el bajo índice de natalidad en lugar del por qué de estos números en descenso.
Bihon (no al matrimonio heterosexual), Bichulsan (no al parto), Biyeonae (no a las citas) y Bisekseu (no a las relaciones sexuales heterosexuales), es la medida definitiva a la que el feminismo en Corea del Sur ha recurrido, ante un escenario, violento e incierto consecuencia del tradicionalismo y el machismo sistematizado. Ya no se trata de luchar contra el patriarcado sino de separarse de él.
Ha sido tanto el impacto en los últimos años, que el movimiento conocido como 4B o movimiento de las 4Noes, ya está resonando también a nivel internacional. Feministas y personas que rechazan cualquier tipo de violencia de género lo señalan como una medida admirable y lógica, aunque otro parte de usuarios en redes aún pasan por la incredulidad o el duelo con la ruptura de la imagen idealizada de los hombres surcoreanos que tanto han pregonado los Kdramas o los idols.
Los dramas de hecho han tratado de ser una medida de contención y cambió para hacer a las mujeres surcoreanas volver a la expectativa tradicional. No han tenido el efecto esperado; en su lugar, sigue alimentando una falsa percepción generalizada, en el extranjero, sobre los hombres heterosexuales coreanos.
La realidad de Corea del Sur es muy distinta: el molka -acoso a través de cámaras ocultas en espacios privados-, la violencia de género, las amenazas del mandatario conservador Yoon Suk-Yeol para cerrar el Ministerio de Igualdad de Género y Familia, la desigualdad en el ámbito profesional y laboral; El movimiento de las 4 No parece ser la alternativa más adecuada y firme.
Siendo que el gobierno de Suk-Yeol aún reniega las exigencias , al igual que los hombres surcoreanos se arraigan a la tradición patriarcal, las mujeres de Sur Corea más bien se inclinan por algo más concluyente: Si no hay solución, no queremos tener nada que ver.
“Ojalá se replique en el mundo”
Mientras una parte se “preocupa” por la caída demográfica en el país asiático, usuarios en redes aplauden la medida, no solo como una acción contra el patriarcado sino también contra las exigencias dentro del sistema capitalista.
Desde los feminismos en Latinoamérica, mujeres y diversidades en plataformas han externado que la forma de protesta debería ser replicada en más países, dado que los efectos son cada vez más evidentes.
Por otro lado, más usuarios han sugerido que la decisión es también una postura ante el escaso acceso a mejores condiciones de vida, necesarias para la planificación de una familia.
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