En San Lázaro se discutió la reforma constitucional en tema de vivienda del expresidente Andrés Manuel López Obrador y de la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo, que por una amplia mayoría fue aprobada.
Durante más de 12 horas se llevó a cabo la discusión de la reforma, con posicionamientos tanto a favor como en contra. Por su parte, el Partido Acción Nacional (PAN), junto con el Partido Revolucionario Institucional (PRI) se pronunciaron en múltiples ocasiones en contra del ingeniero Octavio Romero Oropeza, ya que, como otros grupos opositores, señalan que mientras Oropeza encabezó a Petroleos Mexicanos (PEMEX) lo llevó a quiebra, mientras los hechos dicen lo contrario.
Actualmente, es director general del Instituto del Fondo Nacional de la Vivienda para los Trabajadores (Infonavit) y señalan que con esta nueva reforma, Romero hará que el Infonvit quiebre.
Sumado a esto, la oposición —con tonos agresivos mientras ocupó la tribuna— mostró su respaldo a la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), se posicionó en contra de la reforma para blindar las reformas constitucionales y de la mayoría del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) y de la alianza de la Cuarta Transformación (4T).
En los echos, la reforma es para que la ciudadanía —que históricamente no ha podido acceder a una vivienda—, pueda adquirir una de una forma más prácitca, rentando con posibilidad de compra. Además, se pone el límite en el descuento no excediendo el 30 por ciento del salario de las y los trabajadores y se le permitirá al Infonavit crear vivienda con regulaciones más estrictas para hogares dignos.
Por su parte, el diputado Alejandro Carvajal Hidalgo de Morena subió a tribuna en representación de Puebla junto con las y los legisladores morenistas por el estado como Claudia Rivera Vivanco, Karina Pérez Popoca, Maria Del Rosario Orozco Caballero, Rafaela Vianey Garcia Romero e Ignacio Mier Bañuelos.
En su participación, Alejandro Carvajal señaló: «no es cualquier cosa lo que se está deliberando en esta máxima tribuna, es un pacto nacional, es un pacto por la vivienda». Agregó que «en México, durante muchos años, los jóvenes fueron estigmatizados, niguneados y condenados a la precariedad bajo el régimen que no les ofrecía alternativa real de desarrollo».
Además reconoció que actualmente «es prácticamente imposible que un joven que gane en promedio 2 mil pesos pueda adquirir una vivienda en crédito por el salario que recibe y está obligado a vivir con su familia».
Finalmente, a pesar de que la oposición se mostró en múltiples ocasiones en contra de la reforma y el proyecto, fue alrededor de las 11 de la noche con 468 votos a favor, 0 en contra y 1 abstención que se aprobó la reforma, y fue turnada al Senado para su eventual aprobación y de ahí ser enviada a los Congresos Locales