Álvaro G., de 22 años, y Javier Eduardo C. de 23, vendían pan en e mercado 5 de mayo; Sergio H., de 25 años vendía artículos de ocasión en el mismo espacio comercial; y Fernando G., el más grande, de 31 años, era un chófer que entregaba mercancía a ese sitio. Los cuatro fueron desaparecidos el 3 de octubre y sus cuerpos fueron encontrados once días después en un auto en llamas sobre la autopista México-Puebla, a la altura de Santa Ana Xalmimilulco, Huejotzingo, aproximadamente kilómetro y medio de un Arco de Seguridad de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP).
La información sobre el destino que sufrieron estos cuatro comerciantes fue dada este jueves, en la rueda de prensa semanal de la Fiscalía del Estado (FGE) de Puebla, la cual informó que hay cuatro detenidos por estos hechos y que los estudios forenses concluyeron que una de las víctimas murió por un traumatismo cráneo encefálico y quemaduras, mientras que los otros tres murieron carbonizados, antes de ser encontrados por personal de Caminos y Puentes Federales (Capufe) la madrugada del 14 de octubre.
La coordinadora especializada en investigación de Homicidios Dolosos de la FGE, Alejandra Flores Ventura, informó a los medios de comunicación que fue mediante el reporte de robo del vehículo, un auto Aveo de color blanco que le fue arrebatado con violencia a un conductor de la plataforma Didi un día antes del hallazgo de los cuerpos, que la institución logró dar con la vivienda, en el municipio de Coronango, desde la cual fue solicitado el servicio antes del atraco.
Los agentes investigadores siguieron las pistas del auto robado en Coronango y el rastro de los sospechosos les llevo al fraccionamiento Villas de La Hacienda en el municipio de Cuautlancingo, donde fueron recibidos a balazos por cuatro personas, tres hombres y una mujer, que también impactaron un vehículo contra una de las patrullas de la Fiscalía antes de ser sometidos y detenidos.
Al momento de la detención se decomisaron un arma de fuego calibre 5.56 milímetros con un cargador y 20 cartuchos útiles del mismo calibre; un arma de fuego calibre .223, con un cargador y 19 cartuchos útiles; un revólver negro con la leyenda “Puma” en letras amarillas y cuatro cartuchos útiles; 9 cartuchos útiles calibre 5.56; quince bolsas de marihuana; 18 bolsas con cristal; y tres teléfonos celulares; además de una camioneta Honda CRV, con placas del estado de Chiapas, que fue robada el 13 de octubre de 2024; una camioneta Volkswagen, también con placas de Chiapas y reporte de robo del 9, y un Nissan March sin placas y con engomado del estado de Morelos. Finalmente, dentro de uno de los autos, en el que habían manchas de sangre, fueron encontrados un chaleco operativo sin placa antibalas, una funda de arma, un cinturón tipo policial color negro con el mensaje “4 letras”, y una tabla de madera como las que se utilizan en las fraternidades estadounidenses para humillar nuevos reclutas en sus rituales de iniciación.
De acuerdo a los estudios balísticos de la fiscalía, las dos armas largas decomisadas fueron utilizadas en la comisión de al menos otros cuatros homicidios dolosos, lo cual dará más indicios del grupo delictivo al que podrían pertenecer estas personas que por el momento esperan imputación por los delitos por los que fueron detenidos en flagrancia, y que, hasta que los careos permitan avanzar, se mantienen en calidad de sospechosos por la desaparición y homicidio de los cuatro hombres quemados vivos a poca distancia del arco de seguridad.