En contubernio con el obispo de Puebla Víctor Sánchez, párroco mantiene cerrado el templo y los vecinos exponen que buscan con ello romper unidad indígena para imponer un proyecto ecoturístico que no los beneficia.
Los habitantes de la población de San Pedro Cuaco o San Pedro Benito Juárez han expuesto las irregularidades que viven con el cierre de su templo por la decisión unilateral del párroco Bartolo Lara Bernardo pese a que las obras de restauración por los sismos han finalizado.
Después de visitar incluso al presidente Andrés Manuel López Obrador, los mayordomos elegidos por el sistema de usos y costumbres han tenido que exponer la cerrazón del párroco en diferentes foros. Fue durante el “Encuentro de trabajadores de la Cultura” celebrado en la Casa del Libro Gilberto Bosques Saldívar de la BUAP, donde artistas, gestores y promotores de la cultura escucharon su situación y dieron sugerencias y contactos para que la población indígena reciba respuesta.
Pero los habitantes se han topado con la necedad del párroco, quien incluso ha amparado en la autoridad del obispo Víctor Sánchez para despreciar las tradiciones de la comunidad. Es importante señalar que el ritual de Día de Muertos es muy importante para el pueblo, pues consideran que los difuntos visitan a sus familiares en estos días tras retirar una roca simbólica al interior del templo. Este ritual lleva cientos de años celebrándose y tiene antecedentes precoloniales.
Precisaron que la iglesia ya fue restaurada tras los sismos de 2017, pero el párroco ha cerrado el templo y no deja a los vecinos celebrar las conmemoraciones del Día de Muertos.
Los habitantes se han acercado a los directores y oficinas correspondientes del INAH a nivel estatal como nacional para urgir a un llamado a la gente del párroco para que sea abierto el templo, pero hasta el momento continúa cerrado y las personas cercanas al religioso aprovechan para usar el recinto como su cantina particular.
El caso ha empeorado después de exponer que, en el recinto, aun están los costales de maíz que cada año donan a la iglesia con motivo de las fiestas de Semana Santa. Pasados varios meses de ello, el maíz ha atraído a insectos y otras plagas, lo cual es una amenaza para los retablos restaurados del templo.
A lo anterior se suma la ruptura de uno de los vitrales, dejando que entre la lluvia. En estos momentos, el piso de la iglesia está cubierta de abono de aves.
“Estamos hartos, ya son nueve años. Desde el INAH nacional nos han dicho que nos den espacio. Nuestra petición es que se abra el templo, tanto para el Día de Muertos como para la ventilación y así evitar que haya más humedad”, dijeron los habitantes de Cuaco.
Al preguntarles ¿qué gana el párroco cerrando el templo?, nos dijeron que hay un proyecto ecoturístico para la región de los volcanes, el cual implica el despojo de su patrimonio; para quebrar la unidad de la comunidad, han cerrado el templo y respaldado la necedad del párroco. En este proyecto también estarían involucrados los gobiernos municipales de distintos periodos.