Trabajadores culturales de Puebla están haciendo, una vez más, un llamado a que las políticas culturales en el estado sean repensadas para ser debidamente atendidas y evitar la segregación de las diversas expresiones o que existan prácticas de abuso de poder o acaparamiento.
Para ello se debe partir de la reconceptualización de lo que es la cultura y lo que ésta implica. Julio Glockner, académico y antropólogo, externó que la actual noción de la cultura en Puebla -y que se tiene establecida bajo la ley- es demasiado ambigua a beneficio de agentes que así lo quieren.
Glockner, quien formó parte del “Encuentro de Trabajadores de la Cultura”, llevado a cabo en la Casa del Libro Gilberto Bosques Saldivar este miércoles, externó que el concepto que maneja la Ley de Cultura es tiene una “visión parcial de la cultura, sin sustento material”, esto debido a que no toma en cuenta la perspectiva histórica.
Como resultado, se crea la noción de que la cultura es estática, sin cambios, y a su vez que se piense en una “conservación” de determinados aspectos, elementos o patrimonios de manera superficial y siendo indiferente al resto. Finalmente, quienes resultan más beneficiados son los sectores turísticos y privados que mercantilizan y exotizan a una parte de estas expresiones y de la propia identidad.
“Quienes redactaron el texto de esta ley tienen una visión parcial de lo que es la cultura (…) carece de consideración de la dinámica social, le hace falta comprender los cambios culturales”, expresó el antropólogo, quien hizo hincapié en la necesidad de pensar en la transmisión y no exclusivamente en la “conservación”.
“Esta definición calza muy bien a la clase política (…) según esta idea errónea la identidad y las tradiciones deben permanecer iguales a sí mismas. Les permite crear y recrear una identidad postiza volcada en bailables aptos para promover el turismo”
Trabajadores culturales se pronuncian
En el marco de este encuentro, diversos actores dentro del sector cultural sumaron sus voces para denunciar distintos casos de abuso de poder, corrupción o negligencia por parte de las instituciones de cultura del estado.
Habitantes de San Pedro Cuaco, por ejemplo, recordaron que continúan en permanente lucha para que su parroquia sea liberada tras ser secuestrada por grupos cercanos al párroco. Como consecuencia, se ha puesto en peligro patrimonio cultural tangible e intangible, incluidos cuadros de santos, la estructura de la parroquia y la tradición de día de muertos.
Por otro lado, activistas, antropólogos y periodistas denunciaron que la exclusión y favorecimiento de personajes con trayectorias cuestionables, es aún muy prominente dentro de los organismos culturales como lo es en el caso del nombramiento de Anel Nochebuena como directora del Instituto Municipal de Arte y Cultura de Puebla (IMACP).
Por lo anterior se continúa haciendo un llamado y exigencia para que la cultura y el patrimonio no sean sujetas a parámetros superficiales que discriminan y rechazan la apertura a todas las manifestaciones culturales del estado.
