Con 17 años de retraso, la justicia peruana ha condenado al fin, a 17 años de prisión, a tres policías que en 2008, abusaron sexualmente y torturaron a Azul Rojas Marín, una mujer trans que tuvo que llevar su caso ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos (Corte IDH), logrando una sentencia histórica a su favor, en febrero de 2020, que obligó al Estado peruano a reconocer sus culpas y pedir una disculpa en 2022.
La fiscal adjunta de la Segunda Fiscalía Supraprovincial Especializada en Derechos Humanos y contra el Terrorismo, logró probar en juicio que los tres agentes, identificados como Dino Ponce, Luis Quispe y Juan León, detuvieron de manera arbitraría a Azul, en Trujillo, capital de la región de La Libertad, en el norte de Perú, la sometieron a maltratos físicos, psicológicos, la violaron sexualmente. Hechos por los cuales se dictó una condena de 17 años de prisión efectiva por los delitos de tortura agravada y violación sexual agravada
Tras este fallo histórico, Azul, quien se ha convertido en una defensora de derechos humanos y tuvo que llevar su caso ante instancias internacionales porque durante 12 años fue ignorada en su país, señaló que es «un acto protocolar muy satisfactorio» para ella, pero que no debe borrar de la atención pública el hecho de que el Estado peruano aún adeuda otras reparaciones, pues no le ha otorgado la atención integral ordenada por la IDH.
«Yo también quiero hacerles recordar que hay otras reparaciones que aún el Estado peruano no ha cumplido, como por ejemplo la atención integral que necesito», declaró la activista.











