diciembre 3, 2025 11:12 pm
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Cristina Rivera Garza, un blog del paso de lo análogo a lo digital

Más allá de la computadora y el mundo virtual, los formatos análogos tienen vida en la obra de Cristina Rivera Garza gracias a un ejercicio de recuperación de sus escritos como de memorias de aquellos años en que la tecnología comenzaba a permear el entorno de la literatura.

Así, durante la celebración de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara en su edición 2025, la escritora mexicana presentó su más reciente libro, «Lo roto precede a lo entero. Ciento veinticinco infraensayos», dónde reúne una serie de textos breves creados a inicios del siglo XXI y decantados en un blog digital que Rivera Garza alimentó continuamente.

En su intervención, Irmgard Emmelhainz señaló que el blog  es un materialidad de la lectura, «lo podemos entender como un eje creativo de Cristina, abrazó la internet antes que fuera espacio de intolerancia. Vio el potencial del ciberespacio para romper fronteras.

“Se hace preguntas como ¿qué es narrar?“, añadió.

«(Cristina) reúne conversaciones con poetas y escritoras, es la segunda edición de una serie de entradas de un blog 

Además incluye imágenes. 

En el escrito, dijo Irmgard, Cristina también abordó la situación que coarta la libertad del pueblo Palestino a costa del bienestar de los colonos sionistas: «Es una escritora desarraigada. Cristina describe a la literatura para la experiencia de la alteridad. En Cristina, la escritura es la presencia del otro, el espacio del otro. Por medio de la experimentación, articula lo roto, da espacios».

Por su parte, la misma Cristina Rivera Garza celebró el trabajo editorial del Colegio de México para la edición de su obra «Lo roto precede a lo entero. Ciento veinticinco infraensayos», publicada primeramente por una editorial humilde y en formato digital. «El libro ha sido transformador en el diseño, con propuestas de arte y diseño contemporáneo. Es parte de una etapa de mi vida enloquecida. Iniciaba el siglo XXI, vivía en San Diego pero oficialmente en Tijuana, ahí me hice de un grupo de amigas y amigos», dijo.

«Hubo una serie de conexiones provechosas con una banda apasionada. Me invitaron a que abriera un blog, tenía entradas diarias de lo que escribía en una libreta o comentaba con alguien en un café. Se volvió un taller, todo el día quería escribir de lo que pasaba por mi mente, regresaba a cada rato a ese blog».

Para este libro, dijo, «elegí las entradas más breves, pero había un patrón y decidí nombrarlas infraensayos. Ahí usé reseñas, subrayados de libros, reflexiones de películas chistes que me llamaron la atención, citas de otros. Lo usé las hermanaba era el presente». 

También remarcó que son «Huellas materiales del estractivismo contemporáneo», las cuales se hicieron espacio desde el capitalismo contemporáneo que lastima a las personas.

«Muchas de las entradas tenían la intención en el desorden, donde se hermana el escrito pero que circulan como ideas».

Así, el blog se convirtió en un archivo y volteó a él como sitio para rescatar algo, donde reconocer ideas que serían constitutivas de su trabajo. Con el paso del tiempo, fueron bloques definitorios de ejercer la escritora y me reconozco en ellas.

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