diciembre 3, 2025 12:09 am
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Sheinbaum no le pide nada a AMLO y el 15 lo constató

Cada sexenio es innegable que la persona que encabeza el país, se le suele comparar con su predecesor y se le busca medir con dicha persona, pero para quien aún no le quede claro después de casi un año de gobierno, la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo, no le pide nada a Andrés Manuel López Obrador.

Casi a las once de la noche del pasado 15 de septiembre, la presidenta de México, salió junto con su esposo al balcón de Palacio Nacional para dar su primer grito de independencia como la mandataria del país, acompañada por más de 280 mil personas para abrir un nuevo capítulo en la historia de México, pero antes de profundizar en ello, veo importante realizar algunas precisiones.

Sin lugar a dudas este grito de independencia fue distinto en diversos aspectos al del año pasado, mismo que también fue histórico, ya que era el último de AMLO -uno de los gigantes de la política mexicana e internacional- pero a pesar de ello, la mandataria mexicana logró superar dicho evento.

El año pasado, desde primera hora del 15 de septiembre de 2024, cientos de personas comenzaron a ocupar la plaza del zócalo capitalino, sin importar que tuvieran que esperar más de 14 horas, solo para escuchar unos minutos al entonces mandatario mexicano. Pero en esta ocasión, fue todo lo contrario.

Para las cuatro de la tarde el ambiente ya comenzaba a ser festivo en la ya tan conocida explanada capitalina. En ese momento, la palabra «extraordinario» no se me habría ocurrido para describir la ocasión. Algunos cientos de personas esperaban, pero no apuntaba a que sería un grito concurrido ni apoyado.

A diferencia del año pasado, en esta ocasión, las personas fueron llegando poco a poco, sin grupos exorbitantes o agremiados a distintos sectores, sino familias, parejas, grupos de amistades y personas solitarias, las que confirmen avanzaba la noche, iban incrementando en su llegada.

Unos cientos de personas poco a poco y de manera discreta, se volvieron miles de ellas, quienes cada vez más nos encontrábamos apretadas en el zócalo de la CDMX, esperando el grito de independencia, a pesar del cansancio, lluvia, clima, esos miles, se encontraban entusiasmados, motivados, coreando consignas en favor de la presidenta y esperando a que saliera por aquel balcón para mostrarle su apoyo, uno que claramente se podía sentir en esos momentos.

En esas miles de personas que se encontraban en la CDMX, habían personas de todas las edades, desde infancias hasta personas de la tercera edad, -curiosamente también muchas y muchos turistas-, personas a las que no les importaba el cansancio, clima, incomodidad o el aburrimiento que significa esperar varias horas, aún así, aquellas personas, querían formar parte de la historia contemporanea de este país.

Después de varias horas de espera, llegó el momento por el que más de 280 mil almas nos habíamos dado cita la Plaza de la Constitución capitalina esa noche, y salió la presidenta de México por el balcón, a lo que esas miles de personas reaccionaron con una notable alegría y muestras de apoyo.

Sin importar que la mandataria mexicana realizó un grito con más consignas, no solamente la capital, sino el país, dejó de entonar el ya tan conocida, ¡VIVA!, de una manera estruendosa, un grito que sonaba fuerte, tranquilo, cargado con un sentimiento de apoyo hacia quien dirige el país en momentos turbulentos.

El pueblo no fue el único que dejó todo en esa explanada, también lo hizo Sheinbaum, quien era consiente del momento que vivía y por supuesto que no lo iba a desaprovechar, acompañada por una escolta conformada por puras mujeres, un vestido con bordado artesanal nahua, realizado por mujeres mexicanas, mismo de color morado y un grito con un mensaje directo tanto para las voces golpistas del país, como para quienes buscan intervenir.

La presidenta aprovechó el primer grito de independencia realizado por una mujer en los 215 años que lleva existiendo México como nación, para no solamente recordar a los y las heroínas ya conocidas, sino también a las y los anónimos, a los sectores más vulnerables y vulnerados, así como a los más perseguidos, invisibilizados e ignorados por diversos sectores.

Pero la verdad, los «vivas» que más me emocionaron fueron los últimos, escuchar «¡Viva la libertad! ¡Viva la igualdad! ¡Viva la democracia! ¡Viva la justicia!», de una política de la talla de Sheinbaum la verdad le dieron otra dimensión, eso debido a los tiempos en los que vivimos, en los que la ultraderecha y los fascistas usan dichos derechos y libertades en sus discursos como cualquier cosa, para terminarlos convirtiendo en una arma de censura y opresión sistemática, misma que se termina replicando a nivel internacional.

Y para finalizar, cerró su grito con: «¡Viva México libre, independiente, y soberano! ¡Viva México!  ¡Viva México!  ¡Viva México!», palabras que resonaron no solamente en el primer cuadro de la capital, sino que en todos los rincones de país, contra aquellas personas que llaman a un levantamiento de armas, que rezan todas las noches por una intervención, o a los gobiernos extranjeros que buscan de una relación sumisa y entreguista como se llevó en otros sexenios.

Puede que haya quienes de manera equivocada digan que, como es la primera presidenta, todo lo que haga será por primera vez para una mujer en su cargo y no tiene mayor mérito, pero esto es falso y simplista, recordemos que es la persona más votada en la historia del país, pero no solamente esto, sino que también una de las que cuenta con mayor apoyo ciudadano.

Estoy casi seguro que ninguna otra primera presidenta habría enamorado y encantado no solamente al zócalo capitalino de la manera en que lo logró Claudia Sheinbaum, sino al pueblo mexicano, la tarea era difícil, sin lugar a dudas, pero la ha tomado sin temor, una mujer que ha mostrado fuerza, resistencia y entereza, lista tanto para lo que viene, como poco a poco, volviéndose un ejemplo para diversas generaciones.

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