El presidente Donald Trump criticó al Instituto Smithsonian, volviendo a generar polémica. Según él, estas instituciones “se enfocan demasiado en lo mala que fue la esclavitud” ocultando “el éxito y el brillo” del país actual.
A través de su red social Truth Social, Trump expresó que ordenó a sus abogados revisar el contenidos de los museos, similar a lo que ha hecho con varias instituciones educativas. Asimismo, la Casa Blanca dirigió una carta a Lonnie Bunch III, secretario del Smithsonian, para que haya una alineación de las exposiciones con su idea de celebrar el “excepcionalismo estadounidense” y evitar narrativas divisivas.
Expertos señalan que armar una exposición podría ser un problema dado que se requieren años de planeación, explicando lo imposible de la solicitud del Gobierno. “Es una tarea destinada al fracaso”, afirmó la especialista Janet Marstine.
El Smithsonian, con sede en Washington D. C., fundado en 1846, ha reiterado que su compromiso es enseñar la historia de manera imparcial. Sin embargo, la presión política ha encendiendo un debate: ¿los museos deben hablar de los aspectos negativos de la historia como la esclavitud, o enfocarse solo en los positivo?
Lo cierto es que con estas normas que Trump pretende implementar, sigue incrementando su ofensiva cultural, debido a su intervención inicial con las universidades y ahora con los museos, poniendo en juego la manera en que se cuenta la historia de EE.UU.
