agosto 23, 2025 9:50 am
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El idioma como refugio en un mundo globalizado: la historia de Leoncio

Entre puestos de verduras, olores a comida y voces que resuenan al unísono, en el mercado municipal Carmen Serdán, mejor conocido como La Acocota, trabaja Leoncio García Lorenzo, comerciante originario de San José Tenango, en la Sierra Mazateca de Oaxaca. Su historia retrata la resistencia cultural y los desafíos de la globalización a través del lenguaje.

En la segunda edición del Coloquio Nacional de Lenguas Originarias del Estado de Puebla, Malka Espíndola Moreno, estudiante Lingüística y Literatura Hispánica de la BUAP, dio a conocer la vida de Leoncio, quien es hablante de tres lenguas: el mazateco, su idioma materno; el náhuatl, que aprendió en su comunidad para interactuar con los habitantes; y el español, adquirido tras migrar a la ciudad como una herramienta para “progresar”. Él menciona que su llegada a la cuidad fue impactante, pues, al no saber el español se encontró con el primer problema; sentirse pequeño en un mundo tan grande.

El apoyo de su familia influyó en la llegada al mercado, pero adaptarse al entorno no fue sencillo. Aprendió español señalando objetos para que sus tíos le enseñaran los nombres, y así, enriquecer su lenguaje para obtener un trabajo. Actualmente lo domina, pero no olvida sus raíces: se autodefine como “Oaxaco” y procura estar en contacto con paisanos con quienes practicar el mazateco, pues reconoce que, sin uso cotidiano, podría olvidar su lengua.

En un contexto de desplazamiento cultural, hablar tres idiomas, es un acto de resistencia. Sin embargo, Leoncio reconoce que no piensa enseñarles mazateco a sus hijos, por temor a “confundirlos” y obstaculizar su aprendizaje del español. Su decisión muestra la dura realidad de muchas familias indígenas: sacrificar la lengua materna debido a la demanda económica en la ciudad.

El deseo de Leoncio por regresar a su comunidad es truncado debido a las oportunidades que le ofrece la ciudad: “Claro que me gustaría regresar, pero es muy difícil. Allá no hay muchas cosas. Aquí en el mercado puedo ganar trescientos pesos en un día. Estando allá ganaría cien pesos. ¿Qué te alcanza con cien pesos? Si lo ves de esa forma, claro que no conviene.” expesó con sinceridad.

Su historia es un vivo retrato del conflicto entre identidad y globalización. Como afirma el filósofo León Olivé, “el contexto social, las relaciones del individuo, las maneras en que los otros lo ven, lo conciben y lo tratan, así como las formas en las que el propio individuo se representa a sí mismo, son factores determinantes de lo que una persona es”. La voz de leoncio, enriquecida por el mazateco, el náhuatl y el español, es una lucha que nos recuerda que en cada lengua hay una manera especial de mirar el mundo.

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