“Si esto me hace partidaria del terrorismo, que así sea”, ha declarado firmente la escritora Sally Rooney, quien está haciendo frente a las politicas sionistas del gobierno británico después de que estos declararan como “acto terroristas”, toda intención de apoyo a un colectivo en apoyo a Palestina.
Sally, conocida mayormente por sus obras literarias, Gente normal o Intermezzo, reiteró su apoyo y compromiso para apoyar a la organización Palestine Action (Acción Palestina) a pesar de que esta está siendo catalogada como «organización terrorista» por su apoyo a un pueblo subyugado por el régimen de Israel.
En una reciente entrevista con The Irish Times, declaró que no temía a las posibles represalias que implica el apoyo a un grupo que únicamente busca ayudar a los afectados en Gaza.
La autora también externó donarías las ganancias de su trabajo para “seguir apoyando a Palestine Action y la acción directa contra el genocidio”. Ante esto, el Gobierno británico advertió que podría afrontar cargos relacionados con terrorismo de continuar con estas acciones.
Esto ocurre en medio de tensiones y represión por parte del gobierno, quienes el pasado 9 agosto arrestaron a más de un centenar de personas que se movilizaban en apoyo al pueblo palestino y en un llamado unisono para cesar el genocidio provocado por las fuerzas israelies.
Entre las personas detenidas se encontraron mayores de edad y personas con discapacidad que habían salido a expresarse aún sabiendo las represalias que vendrían después de que el gobierno equiparara a Acción Palestina de las misma manera que a Al Qaeda y el Estado Islámico.
“En este contexto, me siento obligada a afirmar una vez más que, al igual que los cientos de manifestantes arrestados el fin de semana pasado, yo también apoyo a Palestine Action”
Sally agregó que las donaciones no solo vendrán de las ganancias por sus libros sino también de los ingresos residuales de las adaptaciones de sus obras, a cargo de la BBC.
“El actual Gobierno del Reino Unido ha privado voluntariamente a sus propios ciudadanos de derechos y libertades fundamentales, incluido el derecho a expresar y leer opiniones discrepantes, con el fin de proteger su relación con Israel”.
