A pocos días de que las calles de la Ciudad de México se llenaran de manifestantes en marchas contra la gentrificación, la FIFA anunció el inicio de la venta de paquetes Hospitality para el Mundial 2026, con precios que van entre los 64 mil 400 y 129 mil 800 pesos por persona.
Durante el mes de julio, organizaciones sociales y vecinos se unieron a protestar contra un fenómeno que implica el desplazamiento de poblaciones de menores ingresos por sectores con mayor poder adquisitivo, (según ONU-Hábitat), fomentando el incremento de rentas y la renovación urbana. En colonias como Juárez, Condesa, Roma, y el Centro Histórico, la llegada de trabajadores remotos y el incremento de plataformas como Airbnb, han incrementado los precios y disminuido la oferta inmoviliaria.
Un caso particular apunta a la colonia Juárez, en el que organizaciones estiman que en los últimos 15 años, más de 4 mil personas han sido desplazadas. Lo que equivale a un aproximado de 20 mil hogares expulsados de la ciudad cada año. En algunas zonas las rentas superan los 50 mil pesos mensuales, lo que convierte a la Ciudad de México en el lugar con el costo de vivienda más alto del país.
En tanto este panorama causa pérdidas económicas y tensiones sociales, la FIFA presentó sus paquetes premium para quienes puedan costearlo:
- Pitchside Lounge: asientos junto a la cancha, bebidas premium, gastronomía gourmet y obsequios exclusivos, con precios de hasta 102 mil 600 pesos.
- Paquete VIP: asientos laterales elevados, alta cocina, estacionamiento y regalos, alcanzando los 129 mil 800 pesos.
- Opciones como Trophy Lounge, Champions Club y FIFA Pavilion, combinan entretenimiento, gastronomía y recuerdos conmemorativos, cuyos beneficios y costos varían según las sedes, desde 34 mil 700 a 78 mil 500 pesos.
El contraste es evidente: al mismo tiempo que miles de familias luchan por la expulsión de sus barrios debido a no poder costear una renta, el acceso privilegiado es ofrecido a una función deportiva global a precios inaccesibles para la mayor parte de la población. Las imágenes de los afectados exigiendo vivienda digna en las calles de la CDMX, seguidas por la noticia de boletos que cuestan más que el ingreso anual de muchas familias, exhiben una brecha económica y metafófica: la Ciudad de México cada vez más ajeno para sus habitantes y un banquete utópico para los extranjeros.