El lunes 4 de agosto, Fernando, de cinco años de edad, fue encontrado muerto dentro de un costal en el municipio de Los Reyes La Paz, Estado de México (Edomex). El cruento caso escandalizó al país por el hecho de que los ejecutores del pequeño eran personas que lo secuestraron en calidad de «aval» por un préstamo de mil pesos que su mamá no podía pagar. Exactamente una semana después, este lunes 11, se dio otro infanticidio en esta entidad: el feminicidio de la niña Dulce, de 12 años, la cual fue acribillada en su casa en San Pablo Atlazalpan, Chalco.
El crimen fue cometido por sujetos armados, abordo de motocicletas, que dispararon contra un cuarto del domicilio, en el cual dormían la niña y sus abuelos, y se dieron a la fuga. Las dos personas mayores lograron esquivar las balas, pero la menor fue alcanzada por los proyectiles y al llegar los servicios de emergencia ya había perdido la vida.
Versiones filtradas a medios señalan que el ataque directo pudo ser un cobro de deudas, sin embargo esto no ha sido confirmado y en la carpeta oficial figura que el crimen está siendo investigado como un feminicidio.