Ahora que Enrique Peña Nieto está nuevamente en el centro de la polémica pública por los presuntos sobornos de 25 millones de dólares que recibió de la empresa isralí que vende el spyware Pegasus, es pertinente recordar las relaciones que el ex presidente mexicano tuvo con las privatizadoras del agua en Israel.
Uno de los hombres cercanos a Peña Nieto, quien le ayudó a aumentar su relación con Israel y, además, a privatizar el agua, fue David Korenfeld Federman, vendido como un experto en materia hídrica y quien estuvo cerca de Peña desde su periodo como gobernador del Estado de México, y en una parte de su presidencia, hasta que renunció por diversos escándalos.
Mientras Enrique Peña Nieto fue el gobernador del Estado de México, Korenfeld Federman fungió como su secretario de Agua y Obra Pública y, a su vez, presidente de la Asociación Nacional de Empresas de Agua y Saneamiento (ANEAS), lo que parecía representar un conflicto de intereses.
Durante su gestión del agua en el Estado de México, Korenfeld privilegió la privatización del recurso hídrico, un ejemplo de ello fue cuando entregó concesiones, con posibilidad de aumentarlas por varias décadas más. También fue el responsable de establecer un modelo que permitiera a quienes contaminan pagar más y continuar haciéndolo sin mayor repercusiones, según consignó Nathalie Seguin, coordinadora en 2015 de Freshwater Action Network (FAN México).
Para 2012, con la victoria de Peña Nieto, David Korenfeld logró llegar a un mejor puerto, al volverse el titular de la Comisión Nacional del Agua (Conagua), cargo que ocuparía de 2012 a 2015.
Durante su gestión frente a Conagua, Korenfeld tuvo colaboración estrecha con el gobierno de Israel, entregando jugosos contratos por asesoramiento, tratamiento de acuíferos, estudios, entre otros procesos que fueron sumamente criticados y puestos en duda sobre su funcionamiento.
En 2013, Korenfeld recibió al entonces primer ministro del estado ilegítimo de Israel, Shimon Peres, quien venía acompañado por el Director Ejecutivo de Mekorot, empresa del agua del Estado de Israel, así como de otros empresarios israelíes quienes firmaron un convenio por millones de pesos para «la asistencia y cooperación técnica para la formulación de estrategias de protección a la calidad del agua subterránea y acciones de remediación de acuíferos», objetivos que no se cumplieron.
Mekorot está acusado de tener un «apartheid del agua» contra el pueblo palestino, cortando el servicio a millones de gazaties, así como imponiéndoles cuotas mucho más elevadas que a los israelíes, lo que ha terminado provocando que millones de palestinos tengan que huir de sus lugares de residencias, por no contar con el vital líquido y por ende, no poder hacer desde las cosas más fáciles, hasta las más complejas.
Para noviembre de 2013, Korenfeld habría otorgado sin licitación y de manera directa, un contrato por 25 millones de pesos a la Universidad de Tel Aviv para la realización de varios estudios, contratos que iniciaron hasta 2015, curiosamente en el mismo año en que dicha institución educativa le otorgó un reconocimiento como Doctor Honoris Causa. Meses después -cuándo ya había dejado el servicio público en México-, Korenfeld fue designado como Presidente del Consejo Directivo de su Centro Internacional del Agua.
La era Korenfel en Conagua
Durante su administración frente a Conagua, Korenfeld impulsó, junto al entonces presidente Enrique Peña Nieto, una nueva ley en materia hídrica para México, misma que fue duramente criticada, y gracias al colectivo «Agua para Todos, Agua para la Vida» y otros más, se logró frenar.
Las modificaciones que se buscaban imponer en México, se terminaron conociendo como la «Ley Korenfeld», de la cual «Agua para Todos, Agua para la Vida», pretendía:
«Poder tomar decisiones a espaldas de la ciudadanía, y ejecutarlas con la fuerza pública, privatizar el agua vía la concesión de grandes obras hidráulicas, y de sistemas municipales, sobreexplotar cuencas y acuíferos y despojar pueblos indígenas y campesinas para dar agua a grandes corporaciones, definir el “derecho humano al agua” como la lucha para acceder a 50 litros de agua por día, garantizar la recuperación de inversiones a través de tarifas blindadas ante la presión social, asegurar agua para el uso minero y el fracking, seguir ofreciendo impunidad a contaminadores, evadir responsabilidades por la mala calidad del “agua potable”, desentenderse frente a desastres y prohibir el estudio de la situación real del agua».
Korenfeld terminó renunciando al gobierno de Enrique Peña Nieto después de que se viralizó el uso de un helicóptero de la Conagua para asuntos personales.
No sólo es el espionaje, EPN también conectó con Israel para privatizar el agua
