La muerte de Luis Abraham Reyes, un joven médico de 25 años, ha detonado una profunda indignación en la comunidad médica de México. Abraham, originario de Chihuahua y residente de cardiología en el Hospital de Especialidades No. 25 del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en Monterrey, se quitó la vida el pasado 1 de junio, luego de haber sido víctima de acoso laboral sistemático.
El caso ha causado conmoción y reavivado una discusión sobre las condiciones precarias y la violencia institucional que enfrentan médicos en formación en todo el país.
“El dolor que nos embarga hoy no es aislado. Se trata de un grito colectivo por la salud mental, la dignidad y los derechos humanos de quienes sostenemos gran parte de la atención médica en México”, expresaron los residentes del Hospital CMN 25 tras el suicidio de Abraham.
Frente a este escenario, surgió la petición en Change.org titulada “Ley Abraham”, que exige transformaciones profundas al sistema médico de formación. Entre sus puntos principales se solicita:
– La destitución inmediata del médico titular involucrado en el caso.
– Mecanismos formales, seguros y anónimos para denunciar abusos.
– Un programa obligatorio de salud mental y acompañamiento psicológico para residentes, con seguimiento real.
– Que el IMSS, la Jefatura de Enseñanza y la CIFRHS reconozcan públicamente el problema de abuso laboral y se comprometan a resolverlo.
– La creación de una comisión de vigilancia y ética independiente con participación de residentes, que garantice procesos justos y seguros.
Además, la iniciativa propone un cambio legal de fondo: una reforma nacional conocida como “Ley Abraham”, en memoria de Luis, que asegure condiciones laborales justas para médicos internos, pasantes y residentes. Esta legislación busca proteger su bienestar físico y mental, sancionar el abuso de autoridad y garantizar una formación profesional libre de violencia.
Puedes firmar la petición a través del siguiente link:
https://chng.it/ppQdVrsBZT
En los comentarios de la petición, decenas de médicos han compartido sus propias experiencias de abuso, jornadas inhumanas —de hasta 36 horas continuas sin descanso— y una cultura laboral que normaliza el maltrato bajo la bandera de la «exigencia académica».
Las autoridades del IMSS han afirmado que no existían reportes previos de acoso en el caso de Abraham; sin embargo, testimonios en redes sociales han revelado que la violencia laboral no es un hecho aislado en la institución, sino una problemática extendida y tolerada por años.
“El fallecimiento de nuestro compañero no puede ser ignorado ni disfrazado. Si no se reconoce el vínculo entre su muerte y las condiciones laborales que enfrentaba, seguiremos reproduciendo un sistema de formación médica que pone en riesgo nuestras vidas”, advierten los residentes.
Tras el suicidio de joven medico, buscan impulsar Ley Abraham
