Más de 13 millones de personas acudimos a las urnas a votar el pasado 1 de junio. En su gran mayoría, personas convencidas fuímos las que participamos en este nuevo proceso democrático buscando poder realizar un cambio real, tangible en el podrido Poder Judicial. Todo parece que lo hemos logrado.
Pero antes de hablar de las victorias sería bueno comentar sobre las cifras: en estos últimos días hay quienes se regodean porque «solo 13 millones de personas salieron a votar»,señalando que las elecciones no puede ser validas y que «un porcentaje tan pequeño» no puede escojer a las personas juzgadoras.
Pero dichos sectores sumamente mañosos y manipuladores se les olvide lo que es la democracia, ya que estaban acostumbrados a negociar por debajo de la mesa y en los pasillos del poder. El PRIAN, TV Azteca, sus medios e intelectuales hablan que 13 millones no valen, pero, en 2024, dichos sectores celebraron haber obtenido menos de 13 millones de votos, e inclusive, exigían que les dieran más pluris que no les correspondían.
A riesgo de equivocarme, fue un éxito la elección al Poder Judicial. Hablamos de un proceso que contó con menos difusión, además de resultar confusa, con menos casillas, cientos de gritos para no votar, y, aún con ello, se logró que más de 13 millones de personas, más que en los pasados comicios que votaron por el PRIAN, donde se jugó la elección más grande de México. Sí comparamos estas elecciones con las pasadas, podemos observar que hubimos millones que estuvimos interesadas, interesados e interesades en este primer proceso histórico.
¿Por qué les sorprende a los ultras lo que clasifican como una baja particiación? -que no lo fue- sí llevan desde que se anunció las elecciones al Poder Judicial, usando cada micrófono, cámara, medio, red, periódico al que han podido acceder para desinhibir la votación, invirtieron sus energías y recursos para ello y a pesar de eso, les salió el tiro por la culata.
Lo escribía la semana pasada: la democracia es el mejor sistema, más curioso, y con sus respectivos fallos, pero, en nuestro sistema un solo voto hace la diferencia, inclusive, desde 2006, la exigencia de «voto por voto, casilla por casilla» ha cobrado una alta importancia en la vida política y social. Es importante no olvidar esto, porque es en este contexto que cada voto ha hecho la diferencia, tanto para escoger a las personas que nos gobiernan, como ahora al nuevo Poder Judicial.
La verdad es que no me llegó el memo de que, más que elección era un concurso de memoria, porque ahora resulta que el gran argumento de la oposición para decir que fue un farsa la elección al Poder Judicial, es que llevamos acordeones para votar, pero claro que lo haríamos, ¿Qué se pensaban esas personas?, ¿Qué nos aprendiéramos los números de las más de 30 personas por las que votamos? Por su puesto que no; los acordeones hubo de muchos, quienes hicimos los nuestros, otros que los sacaron de redes, se los pasaron sus personas de confianza, lo hicieron viendo varios otro, pero claro que eran necesarios.
Este movimiento telúrico democrático y de poder despertó también a uno de los gigantes de la política mexicana: a AMLO, alguien que logro enloquecer a la oposición de manera visible. Recordemos que durante estos ocho meses que ha estado alejado del ojo público, la oposición había actuado de manera demencial; que sí estaba escondido en su rancho siendo protegido por el ejército mexicano; que sí estaba en Cuba, Venezuel, Rusia, China u otro «país rojo» escondido porque Estados Unidos lo «está cazando» para hacerlo caer como el «gran delincuente de México».
Hasta Ciro Gómez Leyva junto con otros comunicadores señalaban que el «desgraciado» de AMLO había usado a la presidenta para la reforma, que la iba a dejar sola y cosas mucho peores. Y ya que salió AMLO, la narrativa es completamente otra, porque la que llevaba se desechó sola -claramente- y ahora dicen que López Obrador apareció porque la elección iba en pique, que salió porque estaba protegido por quienes fueron, que estuvo mal que saliera porque eso significa que se quieren perpetuar, sin lugar a dudas, es un punto demencial y de desesperación que ya no tiene nada de coherencia y lo único que provoca esa oposición es un daño, a la misma oposición y alimentando de más odio a un sector que cada vez más se radicaliza.
Ahora, los cambios que podemos observar de manera preliminar para lo que parece ser la nueva Suprema Corte es que, para empezar, en un hecho histórico –después de más de 150 años– un jurista perteneciente a los pueblos originarios, con una lucha en favor de los mismos, los sectores más vulnerables y que durante las últimas décadas ha llamado a que se cambia la manera en que se hace justicia, para que esta en verdad sea accesible para las mayorías y no solo para aquellos sectores que visten ropas de diseñador y cuenta con algún poder que les pueda servir va encabezar el máximo tribunal de justicia.
La llegada de Hugo Ortiz Moreno a la SCJN es sin lugar a duda gracias a la reforma al Poder Judicial, sin ella, un perfil como el suyo hubiera sido muy difícil, por no decir imposible que se introdujera en la misma. Pero hay quienes ahora mediante el clasismo, desinformación, odio y manipulación tratan de rebajar su trayectoria que ha sido sin lugar a dudas larga; hay también quienes dicen que sí porque es moreno responderá a Morena, que porque como era «el menos conocido» la gente votó por él, que sí Morena ordenó votar por él, que sí él es solo es apariencias para ganarse a las, los y les votantes, entre otros absurdos.
Inclusive Ortiz Moreno también hará historia, ya que ganó más votos que el PRI en las pasadas elecciones; tal vez podrá sonar menor, pero hay que dimensionarlo: estamos hablado de que los partidos reciben grandes recursos que usan para patrocinarse en todos los medios, en redes, con sus plataformas y con sus seguidores que han hecho durante décadas. A pesar de ello, un solo individuo, con una ínfima cantidad de recursos, sin todo la maquinaria de un partido o de los medios, llegó, algo que, sin lugar a dudas, dimensiona de otra manera la política mexicana e inclusive, la importancia de los partidos y el poder de la ciudadanía ante ellos.
Hace un año vendían a la excanditata presidencial, Xóchitl Gálvez Ruiz, como la candidata presidencial indígena y pobre, usaba sus huipiles e iba de aquí para allá jurando junto con sus apoyadores que ella representaba a los sectores más vulnerables, perooo, ahora, esas mismas personas vienen con los comentarios de odio, clasitas, racistas en contra de Moreno y los pueblos originarios, lo que nuevamente demuestra que los ultras usan a quienes no son ellos por temporadas sí se pueden beneficiar, por lo que la fantasía de Gálvez nuevamente se cae ante sus contradicciones y odio, dónde también se demuestra su amplio desprecio al pueblo de México y sus actitudes sectarias de prejuicios y persecusión hacia el otro.
Dentro de estos primeros resultados analizables también está el caso de la ministra Lenia Batres, quien desde su llegada al máximo tribunal, ha sido más que atacada, desde absurdeces hasta campañas de odio, mismas que parecen quedarse nuevamente solamente en las redes sociales y no en la vida real, ya que hay quienes decían que no la querían, que no estaba calificada y que se fuera, inclusive catalogándola como la «ministra burra». A pesar de todo ello, resulta que quedo en segundo lugar como la persona más votada para la Suprema Corte, por lo que sus campañas se ven desmontadas y dejan ver que el sentir ciudadano es totalmente distinto a lo que gritan los ultras, hasta la ministra tan odiada por la oposoción obtuvo más votos que el PRI en los pasados comicisos presidenciales, ¿Qué le dirá ello a esos mismos sectores?
De esta manera es que podemos observar que la Corte se la hemos entregado de manera casi completa a la izquierda y al progresismo, a diferencia como estuvo en las décadas pasadas: en manos de la ultraderecha que solo velaba por la misma. Es de esta manera que se hace historia y se espera que la misma continúe, para que en verdad este nuevo poder nos traiga justicia a todes, en manos de nuevas personas juzgadoras que traigan nuevos fallos, sienten precedentes que nos hagan ver que la justicia no es compleja, demuestren que la idea de la meritocracia dentro del Poder Judicial no servía de absolutamente nada -como en el mundo entero- o terminen de desmontar la falsedad que hay detrás de la carrera judicial y otros mitos que instalaron los medios y las, los togados sobre la Corte, quienes también prácticamente se sentían como seres de la realeza alejados del pueblo y que solamente interactuaban con sus iguales.
Finalmente, ahora nos toca como vigilar como actuarán estas personas juzgadoras, que cumplan sus promesas de campaña, que no hagan mal uso del cargo que ganaron en los pasados comicios, que cumplan con la promesa de depurar al Poder Judicial, para que la justicia no sea solo la fantasía de la mayoría, para que de esta manera se puedan ayudar a más personas y que los comicios nos demuestren con hechos que sirven y nos puedan traer los cambios que necesitamos.
Los vientos de la democracia parecen derrumbar un bastión más de la derecha
