A través de redes sociales, la periodista Karina Velasco, denunció en redes haber sido acosada para caer en un presunta red de trata en la Ciudad de México; en su cuenta personal de X (antes Twitter), la escritora compartió su experiencia tras recibir constantes amenazas vía mensajes.
La usuaria aseguró que podría tratarse de una red de trata dado el mecanismo y la forma en la que mantuvieron contacto con ella; relató que «pretendieron poner una trampa para acudir a un lugar a ser secuestrada», cuando un usuario envió, presuntamente de manera equivocada, una amenaza tras confundirla con una escort venezolana.
Más tarde, Velazco recibió una invitación de un estudio de fotos ubicado en la colonia Narvarte, para acudir a una sesión de fotos para Onlyfans, plataforma a la que ella no está suscrita: «les pregunté porqué me ofrecian eso si mi cuenta tiene candado y no tengo escrito en mi bio nada referente a Onlyfans. También les dije que los iba a denunciar por trata de personas».
El acoso continuó con llamadas de hombres que aseguraban su número había sido concecido porque ella era escort: «de enero a julio viví está terrible pesadilla de acosos y amenazas por redes sociales y telefónica de parte de esa red de trata de personas».No obstante, la periodista empredió una investigación que la llevó a obtener más información sobre el presunto estudio de fotos.
«Lo más escalofriante es que descubrí que tenía mi gmail o gps de mi celular hackeado y esas personas segun las ubicaciónes registradas de movimientos a través de mi gmail estaban muy cerca de mí»
Valazco continuó el hilo, advirtiendo y aconsejando a usuarias de OnlyFans ser precavidas en el uso de la plataforma y la forma de compartir información: «Si son modelos normales o de Onlyfans en México, tengan mucho cuidado con los ofrecimientos que les hagan a través de redes sociales desde estudios de fotos. Así parece ser el modus operandi para enganchar a mujeres y privarlas de su libertad».
También tengan cuidado de la clase de personas que dejan acceder a sus vidas. Muchas jóvenes mexicanas son vendidas por sus propias "amistades" o novios o conocidos a redes de trata de mujeres.
