En apoyo a Ivonne Daniela y su hija, 30 colectivas feministas emitieron un comunicado expresando su rechazo hacia grupos antiderechos que han desacreditado a las mujeres víctimas de violencia vicaria.
30 colectivas feministas emitieron un comunicado expresando su apoyo a Daniela Flores y su hija. También, ante las recientes manifestaciones de grupos autoproclamados provida y antifeministas en las que han desacreditado la Ley Vicaria, expresaron su rechazo hacia esta postura y argumentaron que con una aplicación efectiva implica una defensa de la justicia, la verdad y la reparación; así como la garantía del bienestar de las infancias y el derecho a las mujeres a una vida libre de violencia.

Por más de seis años Daniela Flores ha sido separada de su hija, siéndole permitido verla únicamente en visitas supervisadas. Pese a que autoridades del CECOFAM han declarado que esta convivencia es insostenible y puede dañar a la niña, la expareja de Daniela, David «N», ha interpuesto denuncias en su contra por distintos delitos en más de cuatro ocasiones. Si bien estas denuncias han sido desacreditadas por falta de pruebas, continúan obstaculizando la convievencia de Daniela y su hija.
El pasado 8 de mayo grupos autoproclamados pro vida y antifeministas se manifestaron afuera de la Casa de Justicia en apoyo de David «N», presunto agresor de Daniela Flores, y declararon que en muchas ocasiones las mujeres son agresoras de sus hijos y recurren a esta ley para quedar impunes, de igual forma resaltaron que la violencia vicaria es un fraude y tiene una ley sin sustento que criminaliza a los hombres.
Ante estos hechos una treintena de colectivas que defienden los derechos de las mujeres, explicaron que la violencia vicaria además de ser real ha sido documentada por organismos internacionales y personas expertas en género. Agregaron que la Ley Vicaria fue aprobada gracias a un arduo esfuerzo de mamás que han sido víctimas y que no pretende criminalizar a los hombres sólo por serlo sino que busca proteger a las víctimas de sus agresores así como garantizar el bienestar superior de las infancias y la garantía del derecho de las mujeres a vivir una vida libre de violencia.
Por lo anterior manifestaron su rechazo hacia los intentos de grupos conservadores que, afirmaron, buscan deslegitimar el sufrimiento de las víctimas, desacreditarlas y entorpercer el avance de instrumentos encaminados a reducir los obstáculos para acceder a la justicia. Enfatizaron que de esta forma estos grupos invisibilizan la violencia estructural de género y perpetúan estereotipos y prejuicios.
Por último hicieron un llamado a la sociedad, instituciones y medios de comunicación a mantener una escucha empática hacia las víctimas, se mantengan del lado de los derechos humanos y no cedan ante las presiones de sectores que buscan perpetuar un sistema patriarcal que sólo beneficia a unos cuantos.