Jóvenes del 68 y Ayotzinapa, víctimas del crimen de estado

Es el tiempo de las mujeres, coincidieron los ponentes durante la conferencia “Significación y vigencia del 2 de octubre” que tuvo lugar en el Museo de la Memoria Universitaria de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, donde los jóvenes estudiantes conocieron las historias del 68 en un ejercicio de memoria llevado a cabo por el poeta y periodista Moisés Ramos y la maestra de la BUAP, la doctora Diana Hernández.

“Es el tiempo de las mujeres”, comenzó diciendo Moisés Ramos citando cómo, durante la primera conferencia matutina de la presidenta Claudia Sheinbaum, la secretaria de gobernación ofreció una disculpa pública a los familiares de las víctimas del 68, “a nombre de la presidenta de la república a quienes tuvieron familiares que fueron levantados, heridos, desaparecidos o muertos”, dijo.

Del mismo modo, Ramos afirmó que este evento, “debe ser una sesión a favor de la memoria, por favor no olvidemos, el México actual no sería posible sin esa generación del 68.

En su intervención, habló de la lucha de los estudiantes del Instituto Politécnico Nacional (IPN), la cual no ha tenido la difusión ni los testimonios visuales suficientes para ver su importancia: “Los estudiantes del IPN pidieron el respeto a la constitución del 17, respeto a la libertad de expresión y que se detenga la represión”.

Las mujeres fueron muy importantes en la lucha, dos de ellas, Ifigenia Martínez, quien trabajaba en ese tiempo en el gobierno de Gustavo Díaz Ordaz y renunció a su puesto para sumarse a la lucha de la izquierda, y la investigadora del IPN Annie Pardo, madre la presidenta Sheinbaum.

A diferencia de la UNAM, dijo Moisés, el politécnico no tenía autonomía, y cuando se unió Annie Pardo al movimiento la cesaron de su cargo. Otro de sus reclamos fue la autonomía y no lo lograron.

Del mismo modo, recordó el odio del presidente Días Ordaz hacia la rebeldía estudiantil y cómo esa inquina lo llevó a ordenar la demolición de la “Vocacional 7” de Tlatelolco, espacio donde trabajaba Annie Pardo y donde la cultura y el arte era difundida por los estudiantes: “Lo que lograron los jóvenes del 68 propició la libertad de expresión, Díaz Ordaz no soportaba que se hablara de él. Y esa libertad hace posible que estemos en este lugar en este día”.

Aun así, dijo Moisés Ramos, al 68 siguió la guerra sucia de los años setenta, cuyos tentáculos llegan hasta la matanza de Ayotzinapa de 2014.

En este contexto, la aun joven Claudia Sheinbaum llegó al movimiento estudiantil de los años noventa, y se le pudo ver en los Estados Unidos en una protesta en contra del tratado de Libre Comercio cuando Carlos Salinas viajó a aquel país.

Después, “Sheinbaum se sumó a Morena, fue una de las participes de la renovación de la CDMX para su reestructuración. También formó parte del equipo que ganó el premio nobel de la paz, y eso es producto del 68… Ella trabajó desde la calle y desde la academia”, expresó Moisés Ramos.

En la misma conferencia, la doctora Diana Hernández Juárez retomó la obra «La noche de Tlatelolco» de la escritora y periodista Elena Poniatowska, quien entrevistó a los sobrevivientes del 68 y “reconstruye una narración de las voces que fueron ocultadas”.

También acompañó su intervención con imágenes fotográficas de los acontecimientos del 2 de octubre que permanecieron ocultas por el gobierno y que en el sexenio de AMLO fueron hechas públicas como evidencia de la matanza.

Citando fragmentos de los testimonios recopilados por Elena Poniatowska en la cárcel el Lecumberri, la maestra Diana mostró cómo la labor periodística puede evidenciar un evento como el del 68 y sea conocido pese a la represión gubernamental: “Lo que podemos hacer desde el periodismo el combatir el olvido de la historia, pero también comunicar para que el público comprenda lo que pasa”.

“Elena Pniatowska habló con personas que vivieron el 68, fue capturar el grito de los que murieron”.

También la maestra Diana mostró los encabezados de los periódicos de la época, evidenciando la parcialidad y la difusión del discurso del gobierno,

Ese pasado, aunque se ve lejano, repercute en acontecimientos recientes y la doctora por la BUAP añadió: “cuando se habla del 2 de octubre no es posible ignorar Ayotzinapa. 56 años después, otro grupo de jóvenes fue atacado y es de nuevo el sacrificio de la juventud mexicana. Es una deuda pendiente con la que se comprometió Claudia Sheinbaum.

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