A nombre del gobierno de México, la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo firmó esta mañana el decreto por el cual se pide perdón por los actos criminales que el Estado cometió en el sexenio del priista y poblano, Gustavo Díaz Ordaz, los cuales tuvieron su momento más atroz con la masacre del 2 de octubre de 1968 en la Plaza de las Tres Culturas de Tlatelolco.
En su primera conferencia mañanera, la flamante mandataria señaló que la gesta estudiantil fue un hecho significativo para su familia, pues su madre participó activamente en el movimiento como maestra, siendo por esa razón expulsada del Instituto Politécnico Nacional.
Sheinbaum presentó a la prensa un video para conmemorar dicha fecha histórica con el propósito de incentivar la reflexión. Posteriormente, Ernestina Godoy consejera jurídica de la Presidencia, y Rosa Icela Rodríguez, secretaria de Gobernación, ofrecieron una disculpa pública que se concretó con la firma de un decreto que ser publicó el Diario Oficial de la Federación.
En el mismo acto, Pablo Gómez, titular de la Unidad de Inteligencia Financiera y uno de los más reconocidos activistas del movimiento del 68, pronunció un discurso en conmemoración a dicha gesta histórica y dejó claro:
“Nunca hubo conversaciones con el gobierno. El movimiento pedía diálogo público, porque la tradición de contubernios entre líderes de movimientos y los gobernantes, pues era muy fuerte, y para ventilar el asunto público, el asunto nacional, que era el de conquistar las libertades democráticas para todos, pues tenía que ser igualmente público.
Mencionó que hay varias versiones que los enemigos del movimiento han construido: “que se trató de una provocación de la agencia de inteligencia de los Estados Unidos en contra del gobierno de México, cosas tan extrañas como eso; una conspiración internacional, dijeron, fraguada en La Habana con motivo de la Conferencia Latinoamericana de Solidaridad. Esto es lo que consta en la acusación del Ministerio Público en contra de los presos del 68, en la versión oficial del fiscal, de entonces del procurador, y el gobierno lo sostuvo”.
“Los enemigos del 68 eran los que no son demócratas, los que se oponían al ejercicio de las libertades democráticas, los que consideraban que la libertad iba a llegar a una situación de ingobernabilidad y de anarquía en México”, aseveró
Mensaje a España:
A propósito de las disculpas oficiales al movimiento del 68, la mandataria federal fue cuestionada sobre la relación y las aparentes tensiones diplomáticas entre México y España por no invitar al rey a la toma de protesta.
La respuesta de la presidenta insistió en defender la posición de su administración, pero manteniendo el diálogo, ya que la relación es buena e importante para ambas naciones, precisando lo siguiente:
“A México y España les une de manera muy importante el exilio que hubo de la república, hay muchísimos españoles y españolas que viven en México de aquella época, y otros también, pero nosotros creemos, primero, que tiene que recapacitarse.
“Hace poco, el gobernador de California —que, por cierto, estuvo aquí para la toma de protesta— hizo una disculpa pública al pueblo afroestadounidense por las atrocidades, también, que se cometieron. Y los países de Europa han hecho disculpas públicas, el Vaticano hizo una disculpa pública. Entonces, es importante seguir manteniendo esta posición, y la vamos a mantener”. Finalizó la mandataria.