Una mujer usuaria de silla de ruedas denunció que personal de la Arena CDMX no permitió que ingresara con su silla al concierto de Katy Perry, al finalizar el espectáculo el personal no le brindó el apoyo adecuado y pudo salir del recinto una hora después.
Por medio de redes sociales María Fernanda, una mujer usuaria de silla de ruedas, denunció que el pasado 23 de abril en el concierto de Katy Perry en la Arena CDMX no la dejaron acceder con su silla y al finalizar el concierto el personal se mostró indiferente a brindarle el apoyo que necesitaba por lo que ella pudo salir del recinto hasta una hora después de que el concierto había finalizado.
«Por esos las personas con discapacidad preferimos quedarnosen casa porque el poner un pie en la calle nos condena al capacitismo. Arena CDMX ojalá se tomara la molestia de capacitar a su personal».
En su publicación María Fernanda precisó que ella no contaba con un boleto para la zona de personas con discapacidad pues el boleto se lo habían regalado y además el acceso a la zona antes mencionada es mucho más caro. Por lo anterior el personal le dijo que no podía acceder al concierto con la silla de ruedas. Ella aceptó esta condición, la llevaron a su lugar, le pidieron que dejara su bastón abajo de su asiento y, tras ella preguntarlo, le señalaron que los jóvenes de chaleco naranja le brindarían apoyo para ir por sus silla cuando terminara el concierto.
María Fernanda relató que cuando el espectáculo acabó, a las 12:00 am solicitó que le dieran una silla de ruedas para que pudiera salir, el personal le indico que esperara en las butacas. Enfatizó que después de que el personal se dio cuenta de que ella notó que uno de los jóvenes staff estaba bebiendo cerveza le indicaron que saliera y esperara en un zona de mesas, lugar donde alguien le dijo que debía de retirarse de ahí porque comenzarían a hacer la limpieza.
Posteriormente dos personas de chaleco naranja se le acercaron y e dijeron que sólo tenían cinco sillas y no se daban abasto. Acto seguido, siguieron su camino sin prestar atención a la respuesta de María Fernanada. A las 12:38 am una persona de seguridad nuevamente le dijo a Maía que tenía que retirarse, a lo que ella de nuevo respondió que no podía hacerlo porque no tenía una silla de ruedas.
Relató que después de que la intentaran correr dos veces y en cuarenta minutos nadie le trajera una silla de ruedas, al rededor de nueve trabajadores se sentaron a esperar con ella en vez de ir por la silla. Finalmente un joven llegó preguntando a quien había que ayudar y él fue por la silla. María Fernanda señaló que pudo salir del recinto hasta las 12:58, es decir casi una hora después.
«Para ustedes es sólo una silla de ruedas para mi es mi para de piernas, mi independencia y mi dignidad»
Es importante recordar tal y como ella lo señaló, que para una persona usuaria de silla de ruedas este instrumento es su vehículo para moverse, implica su independencia. Por lo que todas las personas que participan en la organización de eventos deben de ser capacitados para garantizar la dignidad y seguridad de todos los asistentes.
