Pocos días después de que estudiantes del Complejo Cultural Universitario (CCU) y la Secretaría de Infraestructura, lograrán un acuerdo para reinstaurar el cruce peatonal a nivel de banqueta sobre la Vía Atlixcáyotl, el Consejo Coordinador Empresarial (CCE) de Puebla emitió un comunicado calificando dicho cruce como “innecesario” para los peatones y un retroceso a la movilidad alcanzada por los distribuidores viales construidos, en su mayoría, durante el periodo morenovallista.
En su comunicado, el CCE argumentó que el proyecto para agregar escaleras eléctricas y ascensores al puente peatonal es suficiente para garantizar una movilidad segura y eficiente en la zona. Además, señaló que la instalación de un cruce a nivel del suelo podría poner en riesgo la integridad de los peatones, dado el alto flujo vehicular y la velocidad permitida de 80 km/h.
Por su parte, el activista Armando Pliego Ishikawa aseguró que las obras en la Vía Atlixcáyotl violan la Ley General de Movilidad y Seguridad Vial, y que la instalación de escaleras eléctricas sobre dicha vía son solo “parches” en un proyecto que contradice la pirámide de movilidad.
El CCE afirmó que:
«(…) estas obras fueron diseñadas por el Gobierno del Estado de Puebla a partir de estudios de ingeniería de tránsito desde su origen para garantizar la accesibilidad universal y la seguridad de todos los usuarios, al ser una vialidad primaria de circulación continua.»
Sin embargo, los estudiantes que participaron en las manifestaciones denunciaron que, durante una reunión con ingenieros del proyecto, estos admitieron que no se realizaron los estudios de movilidad necesarios para justificar que el puente, las escaleras y el elevador fueran la mejor alternativa para el cruce peatonal. A pesar de ello, las licitaciones para su construcción ya habían sido aprobadas.
En su comunicado, el CCE también aseguró que:
«La instalación de un paso peatonal a nivel del suelo (…) implicaría un grave retroceso en la movilidad alcanzada gracias a los distribuidores viales (…).», construidos durante el periodo morenovallista.
Sin embargo, cada una de estas obras está diseñada exclusivamente para el flujo vehicular, dejando de lado a los peatones. Además, implementan puentes que triplican el tiempo de traslado a pie y no consideran las necesidades de personas con movilidad reducida.
